Saludos desde la biblioteca

Sí, lo sé, hace mucho tiempo que no os cuento nada. Mi vida aquí en la biblioteca ha seguido por los mismos derroteros. He conocido a lectoras y lectores nuevos, algo de agradecer. Pero ahora luzco unas marcas en mi lomo (heridas de guerra las llamo yo). Un cachorro de perro quiso afilarse los dientes conmigo, menos mal que su dueña me rescató a tiempo y no pasó de arañazos superficiales. Aunque esté mal que yo lo diga, algunos libros me han asegurado que hasta me sientan muy bien.
El problema está en que ahora, cada vez que oigo el carrito del expurgo, tengo que hacer un esfuerzo terrible para que el miedo no convierta a mis letras en un charco de tinta bajo mi pie. Esas marcas me señalan para ser el candidato perfecto para acabar en el maldito carro.
Imaginaos, en el momento en que oigo sus ruedas algo chirriantes, contengo la respiración, aprieto las hojas hasta el máximo y recito todo el abecedario del derecho y del revés hasta que el carro pasa de largo. Solo vuelvo a soltar el aire cuando ha pasado de mi sección y se aleja pasillo adelante, asustando con su presencia a mis compañeros.
Tengo que decir que en esos momentos los libros de la sección de terror no me hacen ningún favor. Les da por contarme historias tan truculentas que me hacen temblar hasta casi convertirme en un libro deshojado. Hasta les ha dado por hacer un ruido parecido a la banda sonora de películas como Tiburón o Psicosis. ¡Son malvados, creedme! Mi única satisfacción es que no salen prestados tantas veces como los románticos. Quizá por eso no están tan estropeados y no tienen miedo al expurgo como nosotros.
En fin, por esta vez me he librado. Así que aquí estoy, esperando a que vengas a buscarme y me lleves a tu casa.

¡Por favor, no tardes mucho!

Pilar Cabero - escritora

Pilar Cabero - escritora
Bienvenida amable lectora y también a ti, lector, a mi humilde casa. Elige un sitio para sentarte y ponte lo más cómodo posible. Sí, ese de ahí está bien. Deja las prisas fuera y disfruta del momento. Puedes quitarte los zapatos y arrellanarte en el sofá. Si tienes paciencia y esperas un poco, pondré algo de música para ambientar. Espero que pases un rato agradable y siéntete como en tu casa.

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Gracias por tu visita.

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