Vuelta al cole

Pues sí, los colegios ya han abierto sus puertas al curso escolar y el curso ha comenzado.
Se nota en la biblioteca porque ya no se oye tanto barullo a todas horas. Lo cierto es que a veces lo echo de menos. Sí, hace un mes no pensé que estaría admitiendo esto. ¡Sobre todo después de que aquel niño, en medio de una rabieta, tirase los libros del carrito! Aún me duele el lomo y mis hojas están un tanto inestables.
Lo que cambian las cosas…
Sé que en estos lugares hay que estar en silencio y no armar alboroto, pero para nosotros que pasamos tanto tiempo aquí, un poquito de ruido se agradece y no digamos unas risas infantiles. ¿Alguien puede resistirse a eso?
Reconozco que para los usuarios adultos y para los estudiantes es molesto y que buscan un rato de tranquilidad cuando vienen. Aviso, ya pueden estar tranquilos, cuando vengan gozaran del silencio, al menos hasta las cinco de la tarde cuando los escolares vuelvan por aquí para hacer los deberes.
Ains… no sabéis cuánto me alegra ver a tantos niños y niñas visitando este lugar. Son futuros lectores que vendrán a sacarnos de las baldas, a acariciar nuestras hojas y a devorar nuestras historias; en definitiva: a devolvernos a la vida.
Me emociona pensarlo. Perdonadme, por favor, uno empieza a tener una edad…
Os dejo antes de que me ponga más sentimental. No quiero mancharos de tinta.
Hasta otra.
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